viernes, 9 de noviembre de 2012

El ser es, el no ser no es...


¿Qué es el Ser? Esta pregunta no se puede contestar porque no tiene definición. El solo hecho de definir al Ser implica reducirlo a un concepto más amplio y no existe un elemento más extenso que el Ser.

Lo único que podemos hacer es señalar quién es el Ser.

La palabra Ser no podemos saber qué es pero para nosotros significa existir y consistir.

No podemos saber qué es existir, sólo tenemos la experiencia de existir, de estar ahí.

Podemos intentar saber quién existe. Yo existo, las cosas existen, Dios existe, y yo y las cosas existimos en Él, o bien, yo existo y las cosas no son más que mis representaciones y no verdaderas realidades, no son en si mismas sino que son en mi.

En cuanto al consistir, hay varias formas de consistir. No podemos saber quién consiste hasta que no sepamos quien existe.

Cuando sepamos quién existe podremos decir que todo lo demás existe en ese ser primero y por lo tanto todo lo demás consiste.

La Metafísica trata de contestar quien existe en si y la Teoría general de la objetividad en general, es decir, de los objetos, trata de contestar qué es consistir.

Hegel identifica el Ser con la Nada porque no se puede decir ni predicar nada de él.

Supone una distinción entre el Ser que es y el Ser que no es, el Ser auténtico y el Ser inauténtico. Si el Ser está compuesto de otros seres que no son él es inauténtico (ser en otro) y si no podemos reducirlo a otros seres es el Ser auténtico (ser en si).

La Metafísica trata de contestar quién existe, quién es el Ser en sí.

La contestación natural de cualquier persona es que yo existo, los árboles existen, mi lapicera existe, etc. Esta respuesta se denomina realismo en filosofía. Realismo metafísico.

Pero ningún filósofo afirma que todas las cosas existen porque es evidente que algunas tienen una existencia aparente.

Los filósofos griegos descubrieron que con la razón se puede hallar lo que las cosas son y antes de ellos trataban de hacer lo mismo pero con elementos irracionales o de fe.

Los griegos buscaron lo que tiene existencia en si, el principio como comienzo y como fundamento. Para Thales el principio de todas las cosas era el agua, que existe como principio esencial, fundamental.

Para Heráclito nada existe, no hay un Ser estático de las cosas, lo que hay es un Ser dinámico, las cosas no son sino que devienen. El existir es un perpetuo cambiar.

En la práctica, por ejemplo, si creo en Dios, para mi Dios tiene existencia, Dios Es y yo existo en Él. La esencia de Dios es la perfección y la virtud, de las cuales tengo la intuición. Dios es pensamiento, razón y propósito, de los cuales participo como ser humano. Y en esta realidad que es pura ilusión de los sentidos, puedo elegir Ser quien Soy o no Ser, obnubilado por las tentaciones del existir. Mi filosofía es realista porque le doy existencia a Dios y a mi mismo en él.

Si no creo en Dios, entonces podría creer por ejemplo que lo que existe es sólo mi pensamiento porque de lo demás no estoy seguro, porque cambia y todos percibimos cosas diferentes. Por lo tanto todo es un sueño. Mi filosofía es idealista porque creo que sólo existe el pensamiento y todo lo demás es ilusorio.

Lo cierto es que mi modo de pensar condiciona mi vida, le da forma y me hace responsable de mi destino.

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